miércoles, 30 de octubre de 2013

Halloween (Whoopie Pies de Calabaza)

Hola corazones! xD

¡Aquí estamos un miércoles más! Pero hoy no necesito que lleguen las once para inspirarme, porque ya está todo planeado. Hoy toca hablar de Halloween. Sí, ya se que lo habréis leído mil veces (o no), y que está por todas partes, pero yo no lo he escrito nunca y me apetece gastar un poco de la capacidad de internet, que yo siempre me pregunto dónde se almacenan todos esos tweets estúpidos que manda la gente y por qué.

Pero volvamos al tema.

Lo primero es que ¡la tarta de la semana pasada triunfó! La no tan Red pero Velvet del todo, cubierta de chocolate blanco, endulzó un cumpleaños lleno (y cuando digo lleno digo LLENO) de comida y buen rato con gente estupenda. Y aquí viene una foto del momento álgido:


Pido perdón por revelar tu edad, Marta. ¡Pero estabas avisada!

Y ahora sí, Halloween.

¿Por qué en estas fechas? Se supone que los celtas, celebraban una fiesta al terminar la época de la cosecha en la que se hacían matanzas para sobrevivir al invierno, y además coincidía con que las cervezas ya habían terminado de fermentar y tenían alcohol para celebrar, como no. Pero además es una fecha especial, porque se realizaba en el día intermedio entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno (hoy en día está fijado en el calendario y no equidista de ambos). Ese día marcaba el comienzo del invierno, cuando las noches ya eran (y son) considerablemente más largas que los días.
Los celtas además, comenzaban a contar el inicio del día cuando el Sol se ponía, primero la noche y luego el día, y lo mismo sucedía con el año, comenzaba con la época oscura, cuando el Sol escaseaba. Por eso Samhain, el nombre que recibió este día, también era la fiesta de Año Nuevo (como veis, siempre relacionado con el ciclo natural de la tierra, las estaciones y las cosechas). Esa noche no se contabilizaba en los calendarios, se suponía que los muros que separaban el mundo de los vivos y los muertos desaparecían, y los espíritus de los familiares y amigos fallecidos volvían a ver a su gente. Pero al no ser todos espíritus benignos, la gente se disfrazaba para asustar a los malignos y no ser perturbados.

Pero muchos años después, llegó la religión cristiana a la zona, y en su afán de conversión, retocaron un poco la fiesta, ya que tantos siglos de tradición eran imposibles de erradicar. En lugar de la noche de los muertos, le cambiaron el nombre, pero no el significado, de muertos debía ir la cosa, pero sin espíritus malignos ni esas cosas tan "heréticas". Trasladaron una fiesta que celebraban en mayo para rendir homenaje a los mártires y santos de la iglesia. Y la tradición pasó a ir a los cementerios (con cara de pena), a recordar a los antepasados y familiares fallecidos.

El nombre, Halloween, procede de Escocia. Su forma de hablar y acortar palabras, al igual que hacemos aquí todos los días cuando hablamos, transformó el nombre oficial All Hallow's Eve (Vispera de Todos los Santos), en el nombre actual, conocido en todo el mundo.

Y aquí concluyo, que si no el año que viene no se lo que os voy a contar sobre el tema. 


Ahora la receta, que es a lo que todos venís aquí, a menear el bigote. Aunque sea un bigote mental.

Hoy he hecho unos cupcakes de calabaza (decorados de cementerio) pero hace poco que puse una receta de muffins (la primera) y me parecía algo repetitivo, así que me he decidido por unos Whoopie Pies. Que en el fondo son cupcakes de calabaza, pero con otra forma diferente, y están muy buenos!



Pumpkin Whoopie Pies 

A mi me salieron 21, tuve que hacer tres tandas en el horno, si os parece mucho, dividid por dos la receta.

INGREDIENTES
           
Para los whoopies
· 3 cups (375g) de harina
· 2 huevos
· 2 cup (400g) de azúcar moreno
· 425g de puré de calabaza
· 1 cup (240ml) de aceite vegetal
· 1 tsp (5ml) de levadura química
· 1 tsp (5ml) de bicarbonato sódico
· 2 tbsp (30ml) de canela molida
· 1 tbsp (15ml) de jengibre
· 1 tbsp (15ml) de pimienta de Jamaica (Se puede sustituir por 1tsp (5ml) de clavo molido)
· 1 tsp (5ml) de vainilla
· 1 tsp (5ml) de sal

Para El relleno
· 3 cup  (375g) de azúcar glass
· ½ cup (113g) de mantequilla
· 225g de queso frío
· 1 tsp (5ml) de vainilla

PREPARACIÓN

Como siempre, para empezar hay que precalentar el horno a 180ºC.
Y también como siempre, se comienza mezclando los ingredientes secos. En un bol se combinan harina, sal, levadura, bicarbonato y todas las especias. 
En otro bol se mezclan el azúcar y el aceite, hasta que se disuelva un poco, y se añade la calabaza. A continuación se agregan los huevos de uno en uno, y la vainilla a la mezcla. Una vez la mezcla sea homogénea se incorporan los secos a la mezcla, utilizando una espátula, y como siempre, evitando batir mucho, que si no salen duros y no suben.

Una vez la mezcla este hecha, con un funderelele (el maravilloso nombre que tiene el aparato para hacer bolas de helado), se hacen bolas equivalentes de masa sobre la bandeja cubierta con papel de horno, que se aplastaran un poco, por lo que tendréis que espaciarlas bien, yo puse quince las dos primeras tandas, y doce la tercera. (Si os quedan con muchos picos, los podéis quitar con los dedos, pero primero tendréis que humedecerlos para que no se os pegue la masa)
Al horno durante unos15 minutos a 180ºC o hasta que pinchando un palillo en uno salga seco. 

Ahora es el momento de tener paciencia y dejar que se hayan enfriado todos

Para el relleno, hay que batir la mantequilla junto al queso y la vainilla. Si el queso está recién sacado de la nevera mejor, pero la mantequilla mejor a temperatura ambiente. A continuación se agrega el azúcar glass poco a poco hasta que tenga la consistencia necesaria para poder pasarlo a una manga pastelera y rellenar los whoopie pies. El mundo del frosting de queso es de los de probar y probar. La cantidad de azúcar es aproximada, a veces necesitará más, así que tened un poco más a mano por si acaso. También puede ser útil refrigerarlo después de mezclarlo.
Para rellenar, podeis usar dos cucharas o una manga pastelera. No pongáis el relleno hasta el borde, pues al colocar la tapa superior y apretar, se rebosaría. 

¡Suerte y a ello! Os sorprenderán, están muuuuy buenos.


Hasta pronto :)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Encargos (Pastel de Ángel)

¡Miércoles!

¡Ya estoy aquí!

Parece ser que la inspiración no me llega hasta las once, por eso escribo a estas horas.

Aunque hoy estoy cansado, mi garganta está notando la llegada del otoño y parece que he desayunado estropajo. Y también he estado pateando el centro de Madrid (cosa de la que no me quejo), para comprar algunas cosas que necesito, porque ya ha llegado, ya está aquí, ya está aquí: Mi Primer Encargo.

Este sábado hay un gran cumpleaños y tengo que hacer una tartaza para celebrarlo. (Espero poner las fotos la semana que viene). Y claro, que si una caja para llevarla, que si unas velitas... esas cosas que no tienes en casa cuando habitualmente cocinas y comes y te da igual todo lo demás.

Os mantendré informados, porque para Halloween ¡tengo otro encargo! Y aprovechando, la semana que viene pondré alguna receta con calabaza, que es lo que pega.


La receta de hoy es un Pastel de Ángel o Angel's Food Cake, que es con el nombre que lo descubrí.
Paciencia, es lo que requiere, porque hay que montar muchas claras, pero está MUY bueno.



Pastel de Ángel


INGREDIENTES
           
· 1 ½ cup (300g) de azúcar
· 1 ½ cup (188g) de harina
· 12 claras (360g) de huevo
· ½ tsp (2ml) de sal
· 1 tsp (5ml)de cremor tártaro
· 1 tbsp (15ml) de esencia de vainilla
· 1 tbsp (15ml) de zumo de limón
· 1 tsp (5ml) de levadura química

PREPARACIÓN


Como siempre, para empezar, precalentar el horno a 180ºC.

El resultado de esta receta es un bizcocho muy esponjoso, por lo que hay que tamizar bien la harina con la mitad del azúcar y la levadura, y reservar en un bol para su posterior uso.

En otro bol grande (importante que sea muy grande, la primera vez que lo hice, rebosaba) y bien limpio, se colocan las claras, a temperatura ambiente (¡importante!), y se comienzan a batir con las varillas a velocidad media. Una vez aparezca espuma, se añaden la sal, el cremor tártaro y el limón, y se continúa batiendo. 

El cremor tártaro es una sal ácida producida por muchas plantas y se usa en la industria alimentaria para corregir la acidez de los vinos, evitar que cristalice el azúcar, y muchas cosas mas que podéis ver por internet ( http://www.directoalpaladar.com/ingredientes-y-alimentos/que-es-el-cremor-tartaro-y-sus-usos-en-la-cocina aquí viene muy bien explicado).
En este caso su utilidad recae en la estabilización de las claras. 
Pero si no tenéis, o queréis comprarlo y no lo encontráis, no pasa nada, el zumo de limón y la sal también ayudan a la estabilización, por lo que no es absolutamente imprescindible.

Una vez empiecen a coger cuerpo las claras, pero no mantengan la forma, se añade el azúcar, poco a poco para que le de tiempo a disolverse. Para saber si el azúcar esta bien disuelto, se coge un poco del merengue entre los dedos, si se nota el azúcar hay que seguir batiendo. 
Una vez este disuelto, los picos se mantengan (al sacar la batidora y darle la vuelta, se forma un pico de merengue que se mantiene erguido) y el merengue tenga un color brillante, se añade la vainilla y se bate un poco para repartirla bien por toda la masa.
Todo este proceso tardará un poco, porque son muchas claras, y más aun si no están a temperatura ambiente, así que sacadlas de la nevera lo antes posible.

Ahora es el momento de añadir la harina. Se añade poco a poco, volviendo a tamizar antes de ponerlo encima del merengue y se mezcla con una espátula haciendo movimientos amplios y envolventes para evitar que las claras se desinflen.
Una vez mezclada integrada la harina se coloca la masa en el molde (¡sin engrasar!) y se mete al horno, precalentado a 180ºC, durante 40 minutos, o hasta que un palillo introducido en el bizcocho salga completamente limpio.

Es el momento de hablar del molde. Este pastel tiene un molde especial, con agujero en el centro, patitas y desmontable. 
Aquí lo podéis ver:
 http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/85/Angel_Food_Cake_Pan.JPG
El agujero es para que el calor circule por el centro y tarde menos en cocerse. Las patitas son esenciales a la hora de enfriar el pastel. En el momento en que éste salga del horno, hay que invertirlo, para evitar que encoja, y para que pueda enfriarse bien y el aire circule, se coloca sobre las patitas, siempre boca abajo hasta que esté completamente frío. Y desmontable porque al no llevar nada de aceite o mantequilla, ni haber untado las paredes del molde, es más fácil de sacar.

En mi caso, no uso un molde de pastel del ángel tradicional, por lo que no veo necesario tener un molde específico. Utilizo uno con agujero en el centro, eso sí. Pero es mucho más alto y estrecho, sin patitas, por lo que, en el fondo le pongo un poco de papel de cocina, ya que sería difícil despegarlo, y al invertirlo lo coloco sobre tres vasos, que hacen las veces de patitas. ¡Y sale bien! Así que, siempre que tenga agujero en el centro, podéis usar un molde en el que entre toda la masa que preparéis.

Una vez esté frio, desmoldar y decorar con un poco de azúcar glass por encima. ¡Y a comer!


miércoles, 16 de octubre de 2013

El Futuro (Pan de Leche)

!Hola hermosos y hermosas!

Una semana más ha pasado y aquí estoy, dispuesto a contar cosas que me pasan antes de soltar una receta rica, rica. !Y la de hoy aseguro que lo es!

Pues bien, el título lo dice todo. El Futuro, eso que siempre esta un segundo por delante y que llega de repente. 
Hoy he estado visitando el Foro de Empresas que organizan la UCM, la UPM y la UNED en Ciudad Universitaria. Nada mas llegar te regalaban una bolsita de tela para que eches dentro todos los papeles y regalitos que te hacen. Pinta bien, piensas. Luego te das cuenta de que los regalitos son sólo para que tengas con que consolarte. Porque allí han sido todos muy majos, pero nadie quería coger curriculums, nada más que sonreían, y te decían: !visita nuestra web!   ¡¡¡¡Pues para eso no hubiese venido!!!!!

Y lo mejor de todo ha sido el momento más repetido de la mañana: 

- ¿Qué estudias?
- Física y meteorología (todo orgulloso por conocer los secretos íntimos del Universo y de la Atmósfera de forma concreta).
- A pues... (sonrisa) aquí necesitamos ingenieros... pero tu mira la web... y llévate un boli/imán/bolsa de gominolas/chupachups/ cosa q es por un lado gamuza y por el otro cepillo y sirve para... ¿limpiar el ordenador?

Ese es el resumen de toda la mañana. Los físicos somos esenciales pero no valemos para trabajar (o eso se creen ellos). Pero en el fondo ya nos van avisando durante toda la carrera. Todos esos palos que nos dan son para que cuando lleguemos a este momento, no nos duela tanto. Al final el señor AAA (los físicos sabéis de quien hablo) no es tan malo.

Pero bueno, volver a la facultad y ver a la gente, a la cual ya no ves tanto, le alegra el día a uno salvajemente.

Y por ahora vuestro futuro es ver una receta que está de rechupete y que si hacéis, os va a encantar, ¡os lo aseguro! Pero tendréis que tener paciencia, y tiempo, es una receta de fin de semana.


Pan de Leche Hokkaido



En esta receta os doy los ingredientes principales en gramos, porque es más preciso.
La levadura ha de ser levadura de panadero. Hay varios tipos, hay una que debe ser guardada en la nevera o el congelador porque es muy activa, pero yo no suelo usarla. En este caso utilizo una que no hace falta activar, ya que hay otras que si lo necesitan. Son unos polvitos marrones, ¡¡¡nada de levadura blanca gasificante!!! Si tenéis que comprarla, seguid las instrucciones que ponga en la caja o el envoltorio, ya que algunas necesitan activarse cinco minutos antes, poniéndolas en la leche tibia con azúcar. Y aunque no suelo decirlo, los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, a no ser que se indique otra cosa.
Además, parece ser por lo que he leído en otros blogs, que este pan es conocido en Hokkaido (Japón) porque la leche de allí es muy buena, así que nada mejor que hacer de todo con ella.
         
INGREDIENTES
  
· 400g de harina de fuerza
· 55g de azúcar
· 155g de leche tibia
· 75g de nata, (yo utilicé nata de montar, sin montar claro)
· 1 huevo
· 1 sobre de levadura (7g)
· 1 tbsp de vainilla
· ¼  tsp sal

PREPARACIÓN

Para empezar, se combinan la harina, el azúcar y la sal en un bol grande. En otro, se mezclan la leche tibia, junto al huevo, la vainilla, la nata y la levadura, y se mezcla bien. A continuación, se vierten los ingredientes húmedos sobre los secos y se mezclan muy bien. 

En ese momento la masa será un pegote muy pegajoso, no pasa nada, se coloca sobre una superficie con un poco de harina y se amasa (a mano, que mola más) durante 15 minutos hasta que deje de pegarse a las manos. En ese momento se coloca en un bol engrasado (un poco de aceite o de mantequilla, para que no se pegue a las paredes) , y se cubre (con un paño o plástico de cocina), colocándolo en una zona cálida, sin corrientes, para que fermente durante dos horas o hasta que aumente su tamaño al doble. !Es importante que lo pongáis en un lugar cálido!

Una vez ha subido, se saca del bol y se corta en cuatro trozos iguales, que se amasan y estiran con un rodillo formando cuatro rectángulos. Uno de los lados del rectángulo tendrá que ser de la anchura del molde, para que entre bien. Ahora hay que enrollar cada rectángulo formando un caracol.

Antes de enrollarlo, se pueden untar chocolate o mermelada.

Después de enrollar, se empapela el molde rectangular (plumcake de toda la vida) y se colocan los cuatro caracoles dentro (si puede ser separados mejor), pintar con leche y volver a cubrir (un paño es suficiente esta vez) durante media hora o más, hasta que vuelvan a crecer. Mientras suben, precalentar el horno a 180ºC.

¡Ya queda menos!

Es hora de meterlos al horno durante 30-45 minutos. Para evitar que se quemen, una vez la parte superior se ha dorado, se cubren con papel de aluminio y se deja en el horno el tiempo restante hasta que estén terminados por dentro.

Y como siempre, esperad a que se enfríe.

Los que yo hice tienen uno con chocolate y otro con mermelada, de ahí que en la foto veáis líneas oscuras en dos de ellos. Pero son muy blanquitos por dentro. 

Animaos a hacerlo!





miércoles, 9 de octubre de 2013

Viajar (Scones de Vainilla y Chocolate)

Ya es miércoles otra vez, qué rápido pasan las semanas.

Hoy ha vuelto una amiga de viaje, ha estado unos días en Finlandia y me he dado cuenta de las ganas infinitas que tengo de viajar, sobre todo al norte, aunque haga frío, nieve o no, pero si hace frío seguro que me gusta.
Ya estuve en su día en Estocolmo, preciosa capital de Suecia a donde volvería ahora mismo con los ojos cerrados. Y sí, hizo frío, -15ºC, que se queda en nada comparados con los -42ºC que sufrieron los olmenses el día siguiente al que volví a Madrid. Pero incluso con tanto frío, seguro que se le saca algo de encanto. 

(Vista de Estocolmo desde Skansen)

Y esa es la cuestión, que cada sitio tiene su encanto y el clima es muy culpable de ello. Incluso mi profesora de noruego, la gran Kirsty, dijo un día en clase que el clima afecta muchísimo a los idiomas.

Pero volviendo a destinos, Copenhague esta en mi punto de mira desde hace bastante tiempo, tengo muchas ganas de conocer Dinamarca, aunque sea un poquito.

Y aunque hay mil sitios nuevos a los que ir y conocer, siempre tendré ganas de ir a Dublín y a Irlanda en general. ¡Qué tendrá esa isla que engancha tanto! Y además, relacionando con el clima, sólo he estado dos veces, no puedo decir que sea un asiduo, pero no me ha llovido nunca, es más, la última vez hizo tanto calor que no sabía que ropa usar, ¡no iba preparado para eso!

(Phoenix Park, Dublin)


Y llegando al tema que importa de verdad, la receta de hoy es originaria de Escocia, pero típica en UK, Irlanda, USA, Canada, Australia y Nueva Zelanda. Pueden hacerse de mil formas, pero hoy os voy a contar como hacerlo con tropezones de chocolate, ¡ya va siendo hora de que aparezca el chocolate en el blog!


Scones con Chocolate

INGREDIENTES
           
· 2 ½ (312g) cups de harina
· 1/3 ( 67g) cup de azúcar
· 1 tbsp (12g) de levadura en polvo
· 1 tsp (5g) de bicarbonato
· 1 tsp (5g) de sal
· 8 tbsp (113.5g) de mantequilla fría
· 1 huevo
· ½ cup de (120ml) nata de montar
· 2 tsp (10ml) de vainilla
· ¾ cup 180(ml) de trozos de chocolate

PREPARACIÓN
En esta receta hay que pringarse un poco las manos, pero vale mucho la pena. Los scones son un paso intermedio entre un panecillo y un muffin. Calientes están deliciosos y suelen abrirse por la mitad y untarse de mantequilla. Pero yo los prefiero así tal cual.

Precalentar el horno a 200ºC, ¡que no se olvide!

Para empezar, se combinan en un bol la harina, el azúcar, la levadura, el bicarbonato y la sal con unas varillas para, a continuación agregar la mantequilla, que debe estar fría y cortada en trocitos. Con las manos se va aplastando la mantequilla con los ingredientes secos del bol, hasta que se hacen bolitas del tamaño de guisantes, más o menos.

En otro recipiente se mezclan el huevo, la nata y la vainilla y se agregan al bol de los secos. Se mezcla todo bien con la espátula y se añaden los trozos de chocolate. El chocolate puede ser en forma de pepitas, personalmente, prefiero cortar trozos grandes de una tableta de chocolate para fundir, asé el tropezón es más gordo.
A continuación se enharina una superficie y se coloca la masa encima. No hay que amasarla, solamente darle forma de disco o de cuadrado de un centímetro de espesor y cortar en ocho triángulos.

Se colocan los triángulos de masa sobre una bandeja de horno con papel, pintar con leche y espolvorear azúcar moreno por encima (opcional). Y al horno unos 20 minutos, o hasta que estén dorados y y un palillo introducido en el centro de uno de los scones, salga limpio y seco.

¡Y a comer! Aunque es preferible dejar que se enfríen un poco para no quedarnos sin lengua. 





miércoles, 2 de octubre de 2013

La Complutense (Peach Cobbler)

¿Cómo ha ido esta semana? Espero que todo bien.

Yo tengo tantas cosas... aunque sin duda alguna la más sorprendente y alegre es que ¡¡viene un primito nuevo!! Y si viene con pan, mejor que mejor.

Pero volviendo al título, hoy he ido a la uni, por primera vez en este curso y se me ha hecho raro ver a taaaaaaaanta gente de aquí para allá, tapones en las puertas de las aulas, y mucho bolonio nuevo. Pero lo más raro ha sido que yo no he tenido ninguna clase... y lo voy a echar mucho de menos, sobre todo la hora de la comida con "los caris" (guiño guiño), aunque volveré más pronto que tarde, porque dentro de nada es el Foro de Empresas y allí me plantaré a ver que hago con mi vida en este futuro tan incierto.

Pero sí es cierto que desde dentro, estás deseando salir, acabar y perder de vista a mucha gente (profesores en su mayoría, de los que hacen la vida imposible), y cuando se acerca el final, y empiezas a ver la luz, solo un brillito de nada, piensas en lo incierto que es todo lo que hay en resplandor, porque después del cole llegaba el instituto, y después la universidad, pero después, ¡ay despúes!

Para llevarlo más ameno, mejor hacer un postre rico, con los melocotones que van quedando cuando termina el verano, y como no, con canela, que ya es otoño, aunque hace un calor infernal.



PEACH COBBLER (no sé como traduciros cobbler, así que así se queda)


INGREDIENTES           

· 3-4 melocotones en trozos (y pelados y sin hueso)
· Zumo de un limón
· 1/3 cup (75g) de azúcar
· 1 tsp (5ml) de canela
· 1 cup (110g) de harina
· 1 cup (200g) azúcar
· 1 huevo
· 3/4 cup (180ml) de leche
· ½ cup (115g) de mantequilla
· 2 tsp (10ml) de levadura en polvo
· ¼ tsp (3g) de sal


PREPARACIÓN
Esta receta se hace en dos pasos, cortos y sencillos. Es necesaria una fuente grande que pueda meterse en el horno.
Para empezar se pelan y trocean los melocotones, se ponen en una cacerola a fuego medio, junto al azúcar, la canela y el zumo del limón hasta que entre en ebullición y se retira del fuego, no tiene que cocer, sólo un susto. Y el limón mejor si lo coláis para quitarle las pepitas y esas cosas.
Mientras va calentándose la cacerola, se precalienta el horno a 180ºC, y en la fuente donde se vaya a hacer el Cobbler, se coloca la mantequilla para que se derrita dentro del horno, tranquilamente.
Para hacer la masa, en un bol se mezclan bien la harina, la levadura y la sal, a los que a continuación se agrega el huevo y la leche, mezclando todo bien hasta obtener una masa consistente.

Ahora llega un momento crítico en la vida de todo cobbler. Una vez se ha derretido la mantequilla, se saca la bandeja del horno y se vierte, sobre la mantequilla derretida, la masa de harina , huevo y leche, SIN MEZCLAR con la MANTEQUILLA, que caiga como quiera, pero no tienen que mezclarse, así que hay q intentar distribuir la masa por la fuente según va cayendo. Encima de la masa, se pone todo el contenido de la cacerola, los melocotones y el jugo, repartiéndolos bien por toda la superficie y SIN MEZCLAR, donde caigan se quedan. 

Ahora sí, al horno unos 45 minutos, que la masa se endurezca. Y por supuesto, esperar a que se enfríe antes de meterle la cuchara. Para acompañarlo, una bolita de helado de vainilla o nata montada triunfan.
Este no es un pastel de los que quedan rebonicos, es algo más "rústico" (eufemismo para decir que no hay manera de que quede de otra forma), ¡pero está muy bueno!






p.d. Gracias por las 300 visitas!