Otra semana más de entrevistas para trabajos, y con un sinvivir constante.
Es una angustia continua hasta que se deciden. Y además estoy cubierto de agujetas por todas partes.
Pero no voy a quejarme mucho.
El domingo pasado salió el Sol y aproveché que hizo algo de calorcito para preparar un Pan de Mono, o Monkey Bread como es más conocido, pues es de estas cosas que hacen los americanos y que no dejaría de comer nunca.
El nombre se debe (o eso creo) a que se come pellizcando y cogiendo bolitas de masa con las manos, como comería un mono.
Y como siempre, hay mil variantes de hacer esta receta, supongo que con el tiempo iré haciendo nuevos experimentos para que probéis.
Como bien habréis adivinado al señalar que ha salido el Sol, es una masa que requiere levadura viva, y por tanto lleva su tiempo. Pero vale mucho la pena.
La masa que he utilizado es la misma que la que utilizo en los Rollitos de Canela, pues es esencialmente lo mismo, con otra forma. El sabor no es exactamente el mismo, y ahí está la gracia.
No me enrollo más.
Monkey Bread
INGREDIENTES
Para la masa
· 4 (475g) cups de harina*
· 1/4 cup (57g) de mantequilla fundida
· 1 huevo
· 1/4 cup (50g) de azúcar blanco
· 3/4 cup (180ml) de leche entera
· 1/4 cup (60) de agua caliente
· 7g (un sobre) de levadura de panadero seca
· 1 tsp (5g) de sal
· 1 tsp (5ml) de esencia de vainilla (opcional)
Para Rebozar
· 1/3 cup (75g) de mantequilla
· 3/4 cup (150g) de azúcar moreno
· 1/4 cup (50g) de azúcar blanco
· 1 1/2 tbsp (15g) de canela
PREPARACIÓN
En fin, me da un poco de vergüenza reconocerlo, pero la receta es exactamente la misma que en los rollos de canela. Pero ¿para qué cambiar algo cuando funciona?
Bueno, antes que nada voy a aclarar el * de la harina. La harina que utilicéis variará un poco la consistencia por la cantidad de gluten, cuanto más tenga, menos esponjoso estará, pero el gluten es lo que da forma al bollo, así que no debe faltar. Por tanto, en este caso puse 2 cups de harina de fuerza y 1 cup de harina normal de trigo, para rebajar un poco el contenido de gluten. Sólo eso.
Otro apunte más. Esta versión es la más sencilla de todas. Podéis añadirle trozos de nueces entre las bolitas (ya veréis más adelante) o pepitas de chocolate... hay mil ideas. Pero aquí os enseñaré lo básico.
Empezamos. Primero fundimos la mantequilla para que no esté muy caliente cuando tengamos que usarla.
Calentamos la leche y el agua en un recipiente a temperatura corporal. Ya sabéis que la levadura se muere al acercarse a los 50ºC, así que tened cuidado. Si no hay suficiente temperatura no se activará. Por tanto, si metéis el dedo y esta tibio pero sin quemar, será la temperatura perfecta.
Agregad la levadura y dejad que vaya activándose mientras preparáis el resto.
En un bol se mezclan la harina, la sal y el azúcar con unas varillas. Mezcladlo bien para que no haya zonas más "saladas" que otras, esto perjudica a la levadura.
A continuación se añaden la mantequilla fundida, el huevo, la vainilla y la levadura activa con la leche.
Y ya solo queda mezclarlo todo bien con una cuchara y las manos hasta que se forme una bola compacta que limpie las paredes del bol. No costará mucho. Y por favor, hacedlo con las manos que así sentís que estáis haciendo algo, si lo hace una máquina no tiene emoción.
Amasamos la bola hasta que quede suave y no sea pegajosa, unos diez minutos o menos. Si notáis que se os pega a las manos, utilizad un poco de aceite para evitar añadirle harina.
Cuando la bola esté en su punto, se pinta un bol con aceite y se pone la masa en el para dejarla fermentar. Tapadla con un plástico de cocina (yo utilizo un gorro de ducha de plástico, de estos de hotel, que se ajusta al bol estupendamente) y dejadla reposar en un lugar cálido. Yo la dejo expuesta al Sol, para que se caliente bien, no pasa nada porque le de la luz.
Y a esperar una hora hasta que aumente su tamaño.
Ahora que ya ha crecido la masa, tenemos que darle forma. Por lo que primero, vamos a embadurnar el molde con un poco de mantequilla.
El molde, debería ser un molde con agujero en el centro, tipo Bundcake sería estupendo, pero yo he utilizado uno desmontable con agujero.
Fundimos la mantequilla y en un bol a parte, se mezcla el azúcar y la canela.
Ahora cortamos la masa en bolitas, mirad en la imagen el tamaño que más o menos deben tener. Las pasamos por mantequilla fundida y acto seguido los rebozamos en la mezcla de azúcar y de canela, y al molde. Id amontonándolos hasta que acabéis con toda la masa.
Ahora toca otro ratito de fermentación, pero nada más que media hora. Tapad ligeramente el molde y volved a ponerlo en una zona cálida para que crezcan las bolitas.
Mientras fermenta, se precalienta el horno a 180ºC.
Una vez transcurrido este tiempo, se mete al horno, durante media hora. Crecerá un poquito más y se dorará la superficie.
En cuanto esté listo, sacadlo del horno y dejad que enfríe. Yo lo atacaría ya, porque calentito está muy bueno (bueno, no recién salido del horno, transcurrido un rato), pero podéis preparar un glaseado de azúcar y nata, o de queso, y ponerlo por encima.
Sólo diré que si lo preparáis para una merienda, va a durar muy poco, porque está demasiado bueno.
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