Ya se que siempre doy la brasa con los miércoles, pero si os contaba ayer como iba a ser la tarta de hoy, mi madre se quedaba sin sorpresa. Aunque estuvo en casa mientras yo se la hacía, se portó y no entró en la cocina. Además tardé unos... 20 minutos en tenerla preparada, así que se contuvo lo suficiente.
Me vino bien un rato de cocina, porque estoy angustiado por los exámenes, que ya están aquí, ¡cuenta atrás!
La semana que viene se notará más la histeria.
Ahora a lo rico
Banana Chocolate Ice Box Pie
INGREDIENTES
· 180g de galletas (sin gluten quien lo prefiera)
· 57g de mantequilla fundida
· 2 plátanos maduros
· 75ml de leche condensada
· 200ml de nata para montar
· 1 tsp de vainilla
· Chocolate para decorar
· Sal
Preparación
· 1 tsp de vainilla
· Chocolate para decorar
· Sal
Preparación
Si fuese más fácil se haría solo, no digo más. Es tan fácil... ¡Id haciendo hueco en el congelador!
Empezamos por la base, como para una tarta de queso, se trituran bien las galletas (las digestivas suelen ir muy bien, pero las María de siempre funcionan también) y se mezclan con la mantequilla fundida hasta que están bien húmedas y una pizca de sal. Tampoco tiene que chorrear la mantequilla, que parezca arena mojada.
Se coloca en el molde. El molde debe ser un molde de Pie, pero como me parecía que iba a ser difícil de sacar, lo he hecho en uno redondo desmontable, pequeño eso sí, para que quede más alto.
Presionáis bien las galletas contra las paredes y el fondo. Usad el fondo de un vaso para aplastarlo bien y que quede uniforme, y se mete en el horno (sí, hay horno, es una pena.. pero si no lo horneáis se os va a desmoronar) que está precalentado a 180ºC durante 12 minutos.
Sacamos y dejamos que se enfríe mientras se prepara el relleno.
El relleno es la cosa más sencilla del mundo. Con un tenedor machacáis los plátanos, le añadís la vainilla, una pizca de sal y la leche condensada y lo mezcláis muy bien.
Por otro lado tenéis que montar la nata hasta que se sujete por sí misma. Mucho cuidado al montar la nata, no os paséis ¡que se convierte en mantequilla! Para que se monte antes es mejor que esté fría, y si el bol y las varillas están fríos también, mejor aun.
Una vez montada, se mezcla con la masa de plátano y leche condensada, con cuidado para no desinflar la nata, que es lo que proporcionará volumen a la tarta.
Se pasa al molde, que se habrá enfriado, se alisa la superficie, se tapa con plástico de cocina o papel de aluminio y se mete al congelador. Durante DOCE HORAS. Terrible... absolutamente terrible...
Al día siguiente (porque tendréis que dormir seguramente entre una cosa y otra) hay que decorarla. Podéis ponerle plátano, pero hacedlo en el último momento, porque el plátano se pone negro con el aire. Yo he optado por fundir un poco de chocolate (que a mi madre le gusta la combinación) y cubrir toda la superficie, añadiéndole encima, una vez enfriado (la tarta está congelada, el chocolate se endurecerá casi al momento) unos trocitos de chocolate negro y unas raspaduras de chocolate con leche, para darle otro toque.
¡Y ya está! Sacadla del congelador media hora antes de servirla porque si no, será una piedra. Y si preparáis un vaso con agua caliente donde sumergir el cuchillo entre corte y corte, será más fácil partirla.
Riquísima.
Espero que os guste.
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