jueves, 15 de mayo de 2014

¡Al fin! Galette de Ruibarbo y Fresas

¡Hola familia! 

No, no me olvidé de que ayer tocaba post. Fue el cumple de mi amiga Elena y era un motivo mayor, por lo que queda totalmente justificada la falta de receta en miércoles.

Pero lo mejor de todo es que ayer llegó, directamente desde Londres, ¡un manojo de Ruibarbo! 

No sé si habré hablado alguna vez del tema, pero desde que me dio por esto de hacer postres, veía por todas partes recetas con ruibarbo (sobretodo por ver recetas americanas e inglesas). Y ¿sabéis qué? Es prácticamente imposible (o yo soy muy inútil) encontrar ruibarbo aquí en Madrid (no sé que pasará en el resto del país).
Así que siempre que alguien viaja a Londres, le pido que me traiga un poquito, para probarlo. Y ese día ha llegado.

Hoy la receta será una estupenda Galette de Ruibarbo y Fresas.

Pero antes, os contare varias cosas del ruibarbo, extraídas directamente de la Wikipedia, para que nos vamos a engañar.



El ruibarbo es una planta muy parecida al apio y las acelgas. De hecho es muy similar a una acelga roja. Pero no tienen nada que ver.
Considerado como verdura hasta 1947 por la corte de Nueva York, pasó a ser definido como fruta por su uso casi exclusivo en repostería junto a otras frutas, formando parte de tartas, pasteles y demás. Este uso en repostería es debido a su sabor fuerte, bastante ácido, el cual necesita toneladas de azúcar para poder soportarlo (vale, estoy exagerando).
Las dos cosas que más hay que tener en cuenta sobre el ruibarbo es la alta toxicidad de sus hojas (puro veneno, más quisieran las acelgas), de ahí sabor tan ácido. En los tallos el nivel de ácido oxálico (el tóxico) es muy inferior, pero suficiente como para dañar el esmalte de los dientes si se come crudo, por lo que el ruibarbo debe consumirse completamente cocinado.

Un poco al límite, ¿no?

No, está rico, ya lo he probado y es un sabor completamente nuevo. Así que allá vamos.


Gallete de Ruibarbo y Fresas

Aprovecho además para explicar como se hace una galette, bastante sencillo como veréis, y el relleno lo podréis variar al gusto... desde ruibarbo con fresas, melocotones con arándanos, manzanas y moras... ¡fruta por todas partes!


INGREDIENTES
           

Para  la Masa

· 1 1/4 cup de harina
· 113g de mantequilla fría
· 1 tbsp de azúcar
· 1/2 tsp de sal
· Entre 2-4 tbsp de agua helada

Esta mása es del estilo Pie, masa brisa o quebrada. Muy sencilla de hacer.
En un procesador mezcláis la harina, la sal y el azúcar. Le agregáis la mantequilla fría cortada en dados y lo procesáis bien hasta que tenga el aspecto de arena húmeda. Si no os lo imagináis, os daréis cuenta en cuanto esté así, cambia la consistencia de repente. 
A continuación se añaden las cucharadas de agua fría de una en una hasta que la masa se pueda compactar y formar una bola. Es importante no pasarse con el agua o la masa se quedará muy floja.
Para preparar el agua fría, ponéis un vaso con agua y varios hielos y de ahí sacáis las cucharadas que necesitéis.
Una vez formada la bola de masa, se envuelve en plástico de cocina y se mete en la nevera durante una hora, o en el congelador durante 15 minutos. Esto ayuda a la hora de estirar la masa con el rodillo.

Ingredientes para el Relleno

· 350g de fresas
· 350g de ruibarbo
· 1 cup de azúcar
· 1 tsp de sal
· 1/4 cup de harina

Mientras la masa se enfría, se lavan bien el ruibarbo y las fresas y se cortan en trocitos, de 1.5cm de grosor aproximadamente. El ruibarbo hay que lavarlo muy bien y cortarle los extremos, no hace falta decir que si tiene restos de las hojas, eliminarlos rápidamente. Y ni falta hace decir que las hojas de las fresas tampoco las queremos.

Se coloca en un bol amplio toda la fruta troceada junto al azúcar, harina y sal, y se mezcla todo bien, hata que toda la fruta quede bien cubierta y no quede nada de resto seco en el fondo del bol. La cantidad de azúcar es muy grande, y aun así la receta estará un poco ácida, por lo que es mejor no escatimar. La harina ayudará a espesar el zumo de las fresas.

Una vez esté listo el relleno, es hora de sacar la masa de la nevera/congelador y estirarla. En principio mi idea era hacer un círculo de unos 40cm de diámetro, pero he acabado con un rectángulo, no sé como, pero así ha sido. El rectángulo era de unos 50cm x 30cm, aproximadamente del tamaño de la bandeja de mi horno. La bandeja, ya que ha salido aquí, tendréis que cubrirla con papel para hornear, y (importante, que no sabéis la que he liado) que tenga hueco, por si el zumo se sale de la masa, no manche todo el horno (como le ha pasado aquí al que escribe, y no sabéis la cantidad de azúcar que lleva ese zumo, media tarde rascando y rascando, menos mal que eso no sale en las fotos).


Bien, una vez estirada la masa, se pasa sobre la bandeja empapelada y, en el centro de la masa se vuelca el bol de la fruta, no dejéis nada, limpiad bien las paredes, todo está rico. 
Con cuidado, los bordes de masa de alrededor se levantan y se apoyan contra la fruta plegando donde haga falta, hasta rodear toda la masa de fruta. Cerrad todos los agujeros y grietas que se puedan hacer, y procurad que las paredes son altas, para que no rebose el zumo. Fijaos en la foto final para ver como queda.

Una vez preparado, tendréis que meterlo en la nevera unos 15 minutos, para que se asiente todo y la masa coja consistencia otra vez. Podréis aprovechar este tiempo para limpiar y precalentar el horno a 200ºC.

¡Ya queda poco!

Sacad de la nevera la galette, pintad las paredes con un poquito de agua y espolvorear con azúcar (totalmente innecesario  pero bonito a fin de cuentas), y al horno, al menos media hora, para que toda la fruta se haga bien. La bandeja se coloca en el centro del horno, con calor arriba y abajo y el ventilador encendido, así queda más crujiente la masa.

Transcurridos 30 minutos se saca del horno y se deja enfriar. Para servir, un helado de vainilla o un poco de nata montada serán perfectos acompañantes.

Espero que os guste.


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