miércoles, 17 de diciembre de 2014

Galletas de Jengibre

Y aquí estamos un día más. Licenciado del todo, con graduación y todo.
Un acto en el que lloran las madres (la mía al menos) y te regalan una banda como a miss España, pero no te preguntan nada de Rusia.


¿Habéis visto cuántos físicos? ¿Y qué contentos todos? ¡Para no estarlo!

Bueno, ya empieza la temporada de navidad. El año pasado os enseñé como se hace la Red Velvet, por eso del rojo y el blanco de la navidad. Este año a lo mejor caen algunas cosillas más típicas de estas fechas.

Hoy vamos a hacer unas galletas de jengibre muy ricas. No, no tendrán forma de señor, porque no he encontrado el cortapastas, tendré que hacer una búsqueda profunda por la cocina, o comprar uno nuevo. Las he hecho redondas, y las he decorado con glaseado real, Royal Icing en inglés, que suena mejor.

Como particularidad, estas galletas llevan melaza. La melaza se genera en la producción de azúcar blanco. Digamos que la melaza es lo que hace que el azúcar moreno no sea blanco. Tiene un sabor fuerte, su consistencia es como la miel (de ahí su nombre, supongo) y es muy oscura, aunque hay varios grados, al igual que con el sirope de arce.

Yo he utilizado la más oscura que he encontrado porque me gusta mucho el sabor y el aroma, pero podéis utilizar el que más os guste o el que encontréis. El color de vuestras galletas dependerá esencialmente del color de la melaza que utilicéis.

Por otro lado, el glaseado real, se utiliza para decorar cualquier postre, no solo las galletas. Podréis añadirle colorante para hacerla del color que más queráis. La consistencia debe ser muy espesa, si el glaseado es para bordear y crear contornos, o más fluida, si vamos a rellenar esos contornos. En cualquier caso habrá que esperar a que se seque completamente.

Empezamos.

Galletas de Jengibre


INGREDIENTES

· 3 1/4 cups (400g) de harina tamizada
· ½ cup (100g) de azúcar
· 1 huevos
· ½ cup (115g) de mantequilla
· 160 ml de melaza
· 1 tsp de vainilla
· 2 tsp de jengibre molido
· 1 tsp de canela molida
· 1/4 tsp de clavo molido o de nuez moscada (ambos, o ninguno, completamente opcional)
· 1 tsp de bicarbonato sódico
· ½ tsp de sal

· 1 clara de huevo
· 1  1/2cups (165g) de azúcar glass
· 1 tsp (5ml) de limón


PREPARACIÓN

Bueno, comienzo la receta con una confesión: las galletas son un gran handicap, nunca me salen como quiero, no acabo de cogerles el truco. Pero no puedo quejarme con las que he hecho hoy. 
Al verlas tan oscuras me había asustado, pero ha sido la melaza. Estan ricas.

Ya me he desahogado, así que podemos empezar con calma.

En un bol se mezclan con unas varillas la harina, las especias, la sal y el bicarbonato. Reservamos.

En otro bol se bate la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente (importantísimo) con una batidora (podéis hacerlo a mano, sabéis que adoro hacerlo a mano, pero hoy he preferido usar batidora) hasta que esté cremosa. Se añade el azúcar a continuación y se bate bien para incorporarlo por completo a la mantequilla.  A continuación llega el momento perfecto para añadir el huevo y la vainilla y continuar batiendo.
Hasta aquí es casi como cualquier receta, ¿verdad? Ahora llega lo bueno. Hay que añadir la melaza.

Y la melaza es muy pegajosa, así que con cuidado. Podéis enmantequillar el recipiente donde vayáis a medirlo (o si tenéis un spray de mantequilla o aceite, usadlo) para evitar que se pegue a las paredes. 

Añadidlo a vuestra masa y batidlo bien, que se incorpore totalmente con la mantequilla/huevo/azúcar. 



Es el momento de pasar a la harina. Y aquí os digo lo de siempre, cuidado con batir demasiado que os salen las galletas como piedras (no sería la primera vez). Agregad la harina en dos tandas y mezclad hasta que se incorpore completamente. Pero con cuidado, siempre con cuidado.

En este momento la masa ya esta preparada y huele de maravilla. Separadla en dos partes iguales, envolved cada una en plástico de cocina, y refrigeradlas durante tres horas por lo menos. Así será mucho más fácil de manejar después, porque seguirá siendo bastante pegajosa.



Una vez preparados para hacer las galletas, se precalienta el horno a 180ºC.

Para estirar la masa, me gusta hacerlo entre dos hojas de papel de horno, así es más fácil de manejar, y no hay que añadir muchísima harina más para evitar que se pegue. De todas formas, a vuestro gusto.

Espolvorea harina sobre una hoja de papel de horno, coloca encima la masa de las galletas y aplástala un poco con las manos. espolvorea un poco más de harina por encima, y cubre con otra hoja de papel. Estira la masa con el rodillo hasta que tenga un grosor de medio centímetro aproximadamente.

Despega la masa de ambas hojas antes de comenzar a cortarla, por si se ha pegado. Utiliza una de las hojas para cubrir la bandeja del horno y corta las galletas sobre la otra.
De la forma que más os guste. Ya veis que yo he utilizado un corta pastas redondo (se han pegado un poco, así que al moverlas se han deformado algo... yo y las galletas).
Y al horno, durante 12 minutos. Si las queréis un poquito más crujientes, esperad hasta los 15, pero recordad que se oscurecerán.

Ya está, sacadlas del horno y dejar que se enfríen sobre una rejilla. Cuando se enfríen tendréis dos opciones: comer o decorar. Y después comer claro.

Para el glaseado tendréis que batir la clara con el limón utilizando unas varillas para romper un poco la clara, no tendréis que montarla, solo sacarle un poquito de espuma. Agregad el azúcar glass tamizado y mezclad bien. Si queréis teñirla, es el momento de añadir el colorante hasta que alcancéis el tono que os guste.
Esta es la glasa para relleno, si queréis una un poco más espesa, tendréis que añadir más azúcar hasta que alcancéis la consistencia que busquéis.

Tendréis que pasar el glaseado a una manga pastelera con una boquilla fina, o a una bolsa y le cortáis una esquinita, lo que sea para que salga un hilo fino. Y a decorar. ¡Echadle imaginación!
También confesaré aquí que una de las galletas que váis a ver está inspirada en las de La Galleta Cuántica, que me encantaron.

Una vez se seque el glaseado, podréis devorarlas.
¡Espero qué os gusten!



miércoles, 10 de diciembre de 2014

Scones de Zanahoria

Con esto de los días festivos se me había pasado que hoy es miércoles. Además tengo la cabeza puesta en el jueves, que es mi graduación y no me da la almendra para más. Pensaba que seguía siendo martes, y yo aquí tan tranquilo sin preparar nada para endulzar vuestra semana. 

Así que hoy tiro de archivo. Y aparecen unos scones de zanahoria que me encantan. Porque si ya unos scones normalitos me gustan mucho, con zanahoria mejor aun. Y además hay que ir pensando en despedir el otoño, y que mejor que con zanahorias.

Así que no me entretengo mucho más, ¡qué queremos comer!

Scones de Zanahoria


INGREDIENTES


· 3 cups (375g) de harina
· ¼ tsp de azúcar moreno
· 1 tsp de levadura
· 75g de mantequilla fría
· 1 tsp de canela
· ½ tsp de nuez moscada
· 1/2 tsp de jengibre molido
· 1 cup (240ml) de leche
· ¼ cup (60ml) de sirope de arce
· 1 tsp de vainilla
· 2-3 zanahorias

· ¼ cup de queso
· ½ cup de azúcar glass
· 1 tsp de vainilla
· 1/2 tsp de canela


PREPARACIÓN


Me gusta preparar scones porque hay que mancharse las manos. Cierto es que puede prepararse en un procesador, que con las cuchillas se acaba antes, pero usando las manos da la sensación de que está más rico. ¡Ojo, lavaos las manos bien antes de empezar! Qué no creé confusión ese último comentario.

Para empezar precalentamos el horno a 180ºC y cubrimos la bandeja donde vayamos a hornear, con papel, para que no se peguen los scones y no haya que rascar ni limpiar a lo tonto.

En un bol se combinan la harina, especias, azúcar y levadura con unas varillas. A continuación se añade la mantequilla fría. Para que el proceso sea mas sencillo, tendréis que cortar la mantequilla en daditos, y tendrá que está fría, me repito, pero es mejor que quede claro. ¿no es genial qué no tenéis que dejar la mantequilla fuera de la nevera desde la noche anterior?
Con los dedos tendréis que frotar la mantequilla y los ingredientes secos, mezclándolo bien, hasta que  los trozos que queden de mantequilla no sean muy grandes, del tamaño de guisantes aproximadamente. Este es el proceso que podéis hacer en el procesador. Combináis todos los secos en el procesador y a continuación añadís la mantequilla en dados y procesáis hasta que esté listo.

A continuación, (si habéis usado el procesador, pasad todo a un bol) se añaden la leche, el sirope de arce y la vainilla. Mezclad todo muy bien, el sirope puede resistirse porque es pegajoso, pero lo conseguiréis. Para finalizar añadid las zanahorias ralladas y mezcladlas.

Para aquellos que no sepáis lo que es un scon, es un medio camino entre muffin y panecillo (o al menos es como yo me lo explico a mi mismo) por lo que mantendrá su propia forma, pero no hay que amasarlo, pues quedaría duro como una piedra al no llevar levadura "viva".

Volcad la masa resultante sobre una superficie bien enharinada, se pegará por todas partes, tened cuidado. Juntad todo en una sola bola, podéis darle un par de vueltas, pero no amaséis (también repito esto). Aplastad la bola con las manos o un rodillo y dadle forma de disco, de unos 2.5cm de grosor y cortadlo en ocho porciones triangulares, como una pizza.

Pasad cada porción a la bandeja del horno, pintad cada scon con un poco de leche y espolvoread un poco de azúcar moreno (o blanco) por encima.

Y al horno durante 20 minutos, hasta que se doren y estén listos por dentro.

Tan solo habrá que dejar que se enfríen para poder devorarlos. Pero a la zanahoria le pega una crepita de queso.

Para el glaseado, mezclad bien el queso con el azúcar glass, la vainilla y la canela. Cubrid los scones y dejad que se enfurezca un poco.
Yo me puse creativo y añadí unos colores al glaseado, pero no es necesario. 

¡Espero que os gusten!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Crema Catalana (SG)

Me he comprado un soplete, y no dejo de pensar en que cosas puedo quemar. Cosas comestibles claro.
En cuanto deje de llover unos días (ojo, que si quiere continuar, me parece perfecto) habrá que montar unas claras y quemarlas... me lo pide el cuerpo, además tengo dos cumpleaños familiares cerca, los últimos antes de ponernos con la campaña de navipeich.

También he pensado en quemar nubecitas/malvaviscos/Marshmallows, para decorar alguna cosa... o comérmelos con un trozo de chocolate así sin más. El caso es quemar.

Ah, el fuego. Una simple combustión cambió la historia de la Humanidad en sus principios, lo que les costaría aprender a controlarlo, producirlo y mantenerlo. Dónde estaríamos ahora si no se hubiese conseguido.
Y ahora, lo usamos para tostar nubecitas, así como si nada, como si fuese lo más normal del mundo. Que en realidad lo es. 
Bueno, quemar brujas no fue una buena idea. Demasiado cruel. 

El caso es, que me he ido un poco, que tenía ganas de hacer unas natillas, pero tenía que usar el soplete, así que investigué un poco y encontré la Crema Catalana (o Crème Brûlée, como dirían los franceses), que básicamente consiste en unas natillas con una costra crujiente de caramelo quemado encima, y que hay que romper con la cuchara para poder llegar al fondo. Y no sabéis lo rico que está al encontrar trozos crujientes de caramelo entre la crema suave.

Además es una receta sin gluten, por lo que habrá más gente a la que contentar. Y no os dejéis llevar por mis divagaciones sobre el fuego, no hace falta un soplete para caramelizar el azúcar, también podréis hacerlo en el horno.

Allá vamos.


Crema Catalana

INGREDIENTES
           
· 2 cups (500ml) de leche
· 4 yemas
· 1/2 cup (100g) de azúcar 
· 2 tbsp (20g) de maicena
· 1 rama de canela
· Piel de medio limón
· Piel de media naranja (opcional)

· Azúcar para cubrir y quemar.

PREPARACIÓN

Esta receta tan sencilla es uno de los postres más antiguos de Europa, ya que es una evolución de las natillas, y estas ya se consumían antes del Imperio Romano.

En primer lugar se prepara la crema. Para ello, se ponen un bol las yemas, la maicena, el azúcar y un poquito de leche y se mezcla con las varillas. La leche fría ayudará a disolver mejor la maicena.
El resto de la leche se pone en una cacerola junto a la rama de canela y las pieles de naranja y limón, a fuego medio.

Ya solo queda esperar. Y tener un colador a mano.

En cuanto la leche comience a hervir, se aparta del fuego y se pone una pequeña cantidad en el bol de las yemas para atemperar. No dejéis de mover la mezcla del bol con las varillas en ningún momento, pues la leche caliente puede cocer las yemas y no es lo que queremos. Agregad el resto del contenido de la cazuela al bol de las yemas y continuad mezclando. Cuando veáis que está todo bien combinado y el calor se ha repartido bien (unos 20 segundos de nada), volvéis a poner todo en la cacerola, pero esta vez lo colaréis. De esta forma se quitan ya la rama de canela, las pieles, y en caso de haberse cuajado algo, los grupitos de huevo.

Y calentáis todo a fuego medio SIN dejar de mover con las varillas. Es importante que no dejéis de moverlo, ya que el calor activa el almidón y es más fácil que espese en el fondo primero, se pegue a él y se queme. Y no es lo que queremos. Así que no dejéis de mover la mezcla hasta que espese de manera uniforme. Una comience a hervir lo retiráis del fuego.


Ahora llega el momento de colocar la crema en sus recipientes. Tened en cuenta que los recipientes deben ser de cerámica o cristal, pues la crema estará muy caliente y después tendréis que caramelizar el azúcar.
Dejad que se enfríe todo a temperatura ambiente. Para evitar que se forme una piel, tapad cada recipiente con plástico de cocina en contacto con la superficie directamente. De esta forma se evita la piel, y se evita condensación durante el enfriado.
Una vez fríos a temperatura ambiente, es necesario enfriar en la nevera durante un par de horas.

Es muy importante que la temperatura sea muy baja, pues vamos a calentar la superficie otra vez y no queremos estropear la crema.

Ahora llega la parte divertida.


Una vez se ha enfriado todo, se cubre la crema con una fina capa de azúcar, en torno a una cucharada bien repartida, y se quema con el soplete hasta que el azúcar se funda y cambie su color a ámbar. Haced este proceso por toda la superficie de cada recipiente de crema. Dejad que el caramelo se endurezca de nuevo antes de clavar la cuchara. Os va a encantar.


Si no tenéis soplete, no os preocupéis. Precalentad el grill del horno a 200ºC y colocad la rejilla lo más cerca posible de él. Poned la fina capa de azúcar en cada recipiente de crema y colocadlos bajo el grill hasta que el azúcar se funda, cristalice y cambie a un color marrón oscuro. No debéis dejar que se caliente toda la crema, pues podría estropearse si se calienta demasiado, por eso tendréis que estar atentos y colocar los recipientes cerca del grill.

Y esto es todo. Solo tendréis que dejar que se enfríe el caramelo para que quede crujiente. Mi consejo es que no preparéis el caramelo hasta el momento en el que vayáis a consumirlo.

¡Espero que os guste!


miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tarta de 27 Cumpleaños.

¡Qué largo se me ha hecho!

Vaya semana, no sé que ha pasado, pero llevaba dos días pensando en que no había escrito nada aquí y en realidad no tocaba aun.

Pero ya estamos aquí.
El domingo pasado fue mi cumpleaños, y no veáis como pesan los 27. ¡Sobre todo cuando los empiezas buscando trabajo!
Pero aah, que placer tan maravilloso recoger el "título" (lease resguardo) de licenciado, eso es maravillosísimo.

Y como no, los regalos del cumple también son bienvenidos. Dar una vuelta al Sol y que te den regalos por ello... cualquier excusa es buena!

El año pasado tocó un libro de Jaime Oliver, directo desde Inglaterra. Este año ha tocado otro, pero este bien madrileño. Comfort Food por todas partes. Las fotografías son maravillosas, sobre todo las de los postres, que son las que mas me gustan claro. Abres una página al azar y te da hambre con solo ver la imagen. Y a lo mejor no te gusta el plato, o algún ingrediente, pero no importa. Necesitas ir a la cocina y mirar que puedes hacer para quitarte el monazo.

Además me han regalado una espátula de silicona, que siempre son bienvenidísimas, y la acompañaré dentro de poco con un soplete para quemar el merengue, o hacer una Crema Catalana, estupenda para engrosar la lista de postres tradicionales, que hace tiempo que no toco.

Y las tartas. 

Bueno, este año, como siempre, tocó hacer dos. La primera, que es la que vamos a ver hoy, es una tarta grande de vainilla y chocolate, todo un clásico. El método es el mismo que el de la Tarta Arco Iris, pero sin tanto cuenco para limpiar. Se cubrirá con una ganache de chocolate bien rica, que se endurecerá y mantendrá la tarta bien jugosa por dentro.
La segunda tarta fue un Pumpkin Pie, bien otoñal y para quitarme el antojazo, porque me encanta, ¿aun no la habéis probado? No sé a qué estáis esperando.
A estas tartas hay que añadirle una deliciosa tarta de limón y merengue que me preparó mi tia. Y que cuando consiga el soplete para retostar el merengue, os mostraré como se hace.

Pero no me enrollo más. Vamos a preparar la tarta de chocolate y vainilla, o tarta Monocromática, por ponerle un nombre.

Tarta Monocromática


INGREDIENTES
           
· 3 1/2 cups (435g) de harina
· 1 1/2 cups (300g) de azúcar
· 1/2 cup (100g) de azúcar moreno
· 2 huevos
· 226g de mantequilla fundida
· 1/4 cup (50g) de cacao en polvo
· 1 1/2 (360ml) cups de buttermilk (os explico como hacerlo más abajo)
· 1/2 cup (120ml) de yogur natural
· 1 1/2 tse (7.5ml) de levadura química
· 1/2 tsp (2.5ml) de bicarbonato sódico
· 1 tsp (5ml) de sal
· 2 tbsp (30ml) de vainilla

PREPARACIÓN

Ummm chocolate. Os he contado muchas veces que no me suele apasionar hacer postres de chocolate porque siempre acaban siendo el comodín. Pero si no preparo algo de chocolate para mi cumple, pueden cortarme la cabeza. 

Empezamos fundiendo la mantequilla en el microondas, para que le de tiempo a reducir la temperatura. También hay que preparar el buttermilk. Para ello se añade 1 tbsp (15ml) de zumo de limón a 1 1/2 cups de leche y se deja reposar.
Preparamos un molde desmontable, enmantequillando los lados y colocando papel de horno en el fondo. Además precalentamos el horno a 180ºC, como siempre.

Y ahora ya, a mezclar y mezclar. 


En un bol grande, con unas varillas, se mezclan la harina, el azúcar blanco y el moreno, la levadura, el bicarbonato y la sal.
En el recipiente donde hayáis preparado el buttermilk añadid los huevos, el yogur y la vainilla y mezclarlo todo bien.

Ahora se separa en dos partes iguales la mezcla de los secos y a una de ellas se le añade el cacao. Y a cada una se le añade la mitad de la mezcla de los ingredientes húmedos.

¿Todo bien? 

Mezclamos cada bol por separado, no utilicéis la misma espátula así no mezclaréis los colores.
En este punto añadí al lado blanco unos sprinkles de colores, pero son opcionales.

Para terminar, se reparte la mantequilla fundida entre los dos bols, se mezclan todo bien y nos preparamos para el montaje.

Con una cuchara, se van poniendo pegotes dentro del molde, sin orden, todo aleatório.



Cuando esté toda la masa en el bol, se mete en el horno, durante una hora y diez minutos. Es mucho tiempo, pero es una masa abundante. Esta tarta crece, no se queda plana. 

Mientras se enfría se prepara el ganache. 

Es un ganache de chocolate para untar, no para que escurra, así que quedará espesito. Además se endurecerá cuando se enfríe. No quedará brillante tampoco. No es una pega, yo lo quería así.

Los ingredientes que necesitaréis son:


· 1 1/3 cups de nata de montar
· 425g de chocolate para fundir

· ½ tsp de sal

Es muy fácil. En un bol ponéis el chocolate troceado junto a la sal. En una cacerola, mientras tanto, hay que calentar la nata, pero no hay que llegar a hervirla. En cuanto empiece a humear, y aparezcan unas burbujitas alrededor, se vierte la nata sobre el chocolate y se deja un minuto para que el chocolate se caliente. Y a batir, con una espátula o unas varillas, hasta que esté completamente fundido. Si no se ha terminado de fundir, y ya no hay suficiente temperatura, se puede meter en el microondas unos segundos para volver a calentarlo.

En cuanto esté completamente fundido y la tarta fría comenzamos a cortarla.

Se hacen tres capas de tarta y se rellenan con ganache, sed generosos. Para terminar cubrid la tarta también. Tenéis que ir rápida porque el chocolate se comienza a endurecer cuando pierde temperatura.

Extendedlo bien y habréis terminado esta enorme tarta en blanco y negro.

Espero que os guste.








miércoles, 19 de noviembre de 2014

Nutella CheeseCake

 Madre mía qué día tan largo.

He ido a la universidad a ver a mis amigos, y me he enterado de que ya podía pedir el título y apuntarme para ir a la graduación, cosa que yo ya descartaba porque creía que me tocaría el año que viene. Pero tampoco podía apuntarme porque no funcionaba el correo de la universidad. Estrés por todas partes.

Pero he visto a mis amigos que hacía tiempo que no veía, y ha valido la pena el viaje. Sobre todo porque he recuperado mi lata de calabaza que me había dejado en el coche de uno de ellos.

Pero tampoco me voy a enrollar mucho más, porque hoy necesito descansar.

Os dejo con una locura de chocolate. Estas últimas dos semanas la he hecho dos veces, y me emocionaba tanto que me olvidaba un poco de hacer fotos, así que algunas están hechas con el móvil (perdón).

Solo os digo que lo hagáis. A pesar de llevar tanto chocolate, bueno Nutella en este caso, no es nada pesado. Que yo pensaba que con un trocito iba a estar llenísimo, ¡pero repetí!

A disfrutar!


Here is the recipe in english!

Nutella Cheesecake


INGREDIENTES
           
· 130g de galletas digestivas (son las que utilicé, a vuestro gusto)
· 50g de mantequilla
· 2 tbsp de cacao en polvo (opcional)
· 750g de queso de untar (NO light)
· 2 tbsp (20g) de harina
· 3/4 cup (150g) de azúcar
· 300g de nutella
· 3 huevos
· 1 tsp de vainilla
· 1/2 tsp de sal

PREPARACIÓN

Como toda tarda de queso, empezamos por la base. Se funde la mantequilla y se reserva mientras se trituran las galletas. Debéis dejarlas bien finas. Una vez así, las mezcláis con el cacao en polvo, en caso de utilizarlo. Otra opción sería utiliza galletas de chocolate. Pero a vuestro gusto.
Añadís la mantequilla fundida y la mezcláis bien con un tenedor hasta que todas las galletas se hayan humedecido y se pasan al molde. El molde debe ser desmontable y grande, el mío es de 23cm de diámetro y quedó lleno hasta arriba.

Aplastáis las galletas por toda la base y por las paredes del molde. Procurad que sea una fina capa y si no podéis cubrir todas las paredes, no os preocupéis, hasta la altura que llegue. Si sois de los que os gusta sin paredes, adelante.
Para asegurar que queda bien compacto, aplastadlo con un vaso o cualquier cosa que tengáis a mano.
Meted la base a la nevera.


Momento perfecto para precalentar el horno a 160ºC. Tardará en hacerse bastante, os voy avisando.

En un bol grande se prepara el relleno, ¡y reitero lo de grande!


Poned dentro todo el queso y la nutella junto al azúcar, la harina y la sal. Como sabéis, a mi me gusta hacer las tartas de queso a mano, con una espátula o una cuchara de madera, para no incorporar mucho aire a la masa, pero podéis utilizar una batidora si os fiáis de vosotros mismos y no os emocionáis batiendo demasiado.
Una vez todo integrado, se añaden los huevos, de uno en uno, batiendo entre cada uno y junto al último se añade la vainilla. 
Ya está todo listo.


Sacad la base de la nevera, verted dentro toda la crema y al horno. Durante una hora y cuarto. 
75 minutos de desesperación en la que queréis que se acabe ya la tortura de la espera. Pero nada más que acaba de empezar, porque tendréis que dejar que se enfríe antes de poder probarla...

Cuando el centro de la tarta esté cuajado, tras todo el tiempo de horno, la tarta estará lista. Podéis probar con el palillo, pinchando en el centro. Debe salir seco, a lo mejor con alguna bolita de masa pegada, pero nada húmedo. Sacad la tarta del horno y rápidamente, pasad un cuchillo por el borde. Si la mezcla de queso está adherida a las paredes, al enfriarse y contraerse, se creará tensión que agrietará la superficie y no lo queremos, por eso hay que separarlo antes de que se enfríe demasiado.

Y ahora a esperar a que se enfríe del todo... terrible.
Pero una vez se haya enfriado es el momento de decorar. Como os voy a dar dos opciones, no os he puesto los ingredientes de la decoración en la lista de ingredientes del principio, pero os dejo aquí las dos ideas.

La primera es cubrir la tarta con una capa de nutella y lacasitos o M&Ms. Una maravilla de colores.

La segunda idea también cubre la tarta con una capa de nutella y chocolate blanco rallado por encima. Monocromático.

Pero podréis dar rienda suelta a vuestra imaginación y decorar de la manera que prefiráis.

Y como siempre, espero que os guste.









miércoles, 12 de noviembre de 2014

Pastel de Calabaza

Se acerca Acción de Gracias, y aunque aquí no se celebre, vale la pena probar esta deliciosidad.

Here the recipe in English.

Porque, no se si ya os lo dije, pero cuando hablas de calabaza piensas en puré de calabaza, crema de calabaza, etc. Nunca piensas en nada dulce... hasta que te acuerdas de las ensalmadas.

Por eso hacer postres con calabazas debería estar más a la orden del día, sobre todo en otoño.

Por otro lado, he de comunicar que ya ha salido la ultimísima asignatura que me quedaba pendiente de calificar y ha sido una alegría. Ya soy físico, ¡ahora sí que sí! Así que esta tarta va para celebrarlo.

Disfrutadlo tanto como yo.




Pastel de Calabaza

INGREDIENTES
           
· 80g de mantequilla a temperatura ambiente
· 1 y 3/4 (190g) cups de harina
· 1/2 cup (100g) de azúcar blanco
· 1 huevo
· 1/8 tsp de sal

· Una lata de 425g de puré de calabaza
· 3 huevos
· 1 1/2 cups (360ml) de leche evaporada
· 3/4 cup (150g) de azúcar moreno
· 1 tbsp (20g) de maicena
· 1/2 tsp (2.5ml) de extracto de vainilla
· 1 tsp de (2g) canela molida
· 1/2 tsp de (2.5g) jengibre molido
· 1/2 tsp de (1.5g) nuez moscada molida
· 1/8 tsp de (0.2g) clavo molido
· 1/8 tsp de (0.5g) pimienta de Jamaica molida
· 1/2 tsp de sal

· 1 cup (250ml) de nata para montar
· 1/2 tsp de extracto de vainilla
· 1 pizca de canela

PREPARACIÓN

Como veis, hay que preparar la masa para la base. Y he de decir que esta es diferente al clásico que siempre utilizo en todos los Pie (Apple Pie, Peach Pie), porque me apetecía innovar. Y me encanta el resultado. 

En un bol se bate la mantequilla junto al azúcar y una vez bien incorporados se añade el huevo. Aquí no hace falta meter mucho aire, pues es una base, por lo que no debéis batir mucho más de lo necesario para que se mezclen bien los ingredientes. Seguidamente se añade la vainilla.
A continuación se agrega la sal y la harina, todo a la vez, no hace falta añadir poco a poco, y se bate todo junto hasta que no quede harina a al vista. En este punto puede que os asustéis al ver que no se forma una bola de masa, pero calma, es normal.

Pasad todos los pegotillos a un plástico de envolver y juntarlos con las manos y el plástico hasta conseguir juntar todo. Envolver dándole forma de disco y refrigerar durante media hora o diez minutos de congelador.

Esta masa podréis prehornearla, pero se puede evitar ese paso. Como prefiráis.

Una vez fría, se trabaja la masa con el rodillo, estirándola lo suficiente para cubrir el plato en el que vayáis a hornear. Recortad el sobrante de alrededor y guardad en la nevera durante diez minutos.

· Si queréis prehornear, pinchad toda la base con un tenedor y guardadla en el congelador diez minutos. Seguidamente metéis la base en el horno, precalentado a 200ºC hasta que esté dorada, unos diez minutos. Si no queréis prehornear, seguid leyendo.

Mientras se enfría la base, precalentamos el horno a 220ºC y preparamos el relleno.

En un bol grande se mezcla bien el puré de calabaza con los huevos, la leche evaporada y la vainilla, usando unas varillas. A continuación se añade el azúcar, la maicena, la sal y todas las especias. Mezclar todo bien.

En cuanto a las especias, como siempre debéis utilizar las que más os gusten. Si podéis utilizar las cinco mucho mejor, habrá más combinación de sabores. Pero si no podéis utilizar alguna porque no la encontréis no pasa nada. Eso sí, en esta tarta la canela, el jengibre y los clavos deben ser obligatorios. También podríais añadirle un poquito de cardamomo molido. Yo no lo incluyo aquí porque con el clavo creo que es suficiente.

Una vez preparado el relleno, vertedlo sobre la base (si habéis optado por prehornearla, tendréis que esperar a que pierda temperatura antes de poner el relleno), y metedlo al horno.

Los primeros 10 minutos serán a 220ºC. Después se reduce la temperatura a 180ºC y se deja horneando durante 30 minutos más.
En este momento la tarta tendrá un color naranja brillante. Para saber si se ha terminado, tendréis que clavar la punta de un cuchillo a unos 3cm del borde. Si sale limpio, el pastel está terminado. Puede que veáis el centro un poco... líquido aun, pero con el calor remanente terminará de cocinarse. Si esperáis a que el centro se cuaje, puede que el resto de la tarta se quede algo reseca.

Sacad del horno y dejar enfriar a temperatura ambiente.




Para servir, montad la nata junto al azúcar glass y la vainilla, poned un pegotillo encima de cada porción y adornarla con un poco de canela.

Os va a encantar.




jueves, 6 de noviembre de 2014

Tarta de Yogur y Granada (SG)

Hace unos días estuve de despedida. Una gran amiga se va a vivir a Canarias para estudiar un máster. Y siempre se queda un sentimiento raro cuando alguien se va. Pero es más por pensar en qué pasará después, qué será de todos nosotros, dónde acabaremos y qué harémos.

Pero mirándolo por el lado bueno, ya tengo casa en Canarias, así que si encuentro trabajo de una (puñetera) vez, a lo mejor en pleno invierno me veo en la playa tomando el Sol. Y diréis: ¿En la playa tomando el Sol, tú?

Pues sí, más por el hecho de decir que estoy en bañador en pleno enero que otra cosa. Aunque hasta hace dos días estábamos en camiseta por la calle.

Pero primero encontrar trabajo sí o sí.

Y ahora, vamos a empezar con la receta, que ya la publiqué hace unos días en el otro blog (English Version), por si queréis pasar por allí también.



Tarta de Yogur y Granada

INGREDIENTES
           
· 130g de galletas ( sin gluten para los que no podáis)
· 50g de mantequilla fundida
· 2 cups (500ml) de yogur natural desnatado
· 200g de queso cremoso
· 2tbsp (25g) de azúcar blanco
· 12g de gelatina en polvo (6 láminas de gelatina)
· 6tbsp (90ml) de agua
· 1 Granada

PREPARACIÓN

Tarta rápida donde las haya, porque no hay que encender el horno.

Para empezar hacemos la base. Trituramos bien las galletas en un procesador, o machacándolas en una bolsa con un rodillo. Mientras se funde la mantequilla en el microondas, ponemos a hidratar la gelatina en el agua, espolvoreándolo por encima, no lo mezcléis. Si utilizáis las hojas, seguid las instrucciones.

Una vez fundida la mantequilla, la mezclamos con las galletas trituradas y cubrimos la base del molde. El molde debe ser desmontable y he utilizado uno más pequeño de lo normal, de 18cm de diámetro. Aplastad bien las galletas con un baso de culo plano, o una cuchara, y reservad a un lado.

La gelatina en este momento debe haberse solidificado, por lo que hay que terminar de activarla con calor. Metedla en el microondas unos segundos para que se caliente, sin que llegue a hervir. Volverá a ser líquida.

En un bol batimos el yogur junto a la gelatina activada. Se añaden el azúcar y el queso a continuación, y batimos hasta conseguir que el queso se integre del todo.
Una vez esté todo bien mezclado, se vierte sobre la base de galleta, se cubre con plástico envolvente, y a la nevera, durante cuatro horas mínimo, para que cuaje bien la gelatina.


Una vez esté listo, es el momento de preparar las granadas.
Cortamos la granada por la mitad y sobre un bol sacamos las semillas. Para sacarlas, coge media granada con una mano, con las semillas hacia abajo, y con una cuchara de madera, dale golpes al lado de la cáscara. Las semillas irán cayendo solas, así que hazlo sobre un bol. Una vez han caído todas, llena el bol de agua y mueve las semillas. Conseguirás que todos los trocitos de cáscara que han caído, salgan a flote y las semillas se hundan, así que retira todo lo que flote y quita el agua.


Ya sólo queda cubrir la tarta con las semillas. Veréis como resalta el rojo de las semillas sobre la tarta tan blanca.

Espero que os guste.