jueves, 26 de junio de 2014

Pastel Inteligente

El otro día estuve en casa de mis tíos, y mi tía había preparado un pastel.

Estaba cortado en cuadraditos, y tenía tres capas, así que pintaba bien, porque los pasteles de capas siempre son estupendos.
Pero era curioso, porque la capa de bizcocho estaba arriba. Siempre se piensa uno que lo primero que se hace, y por tanto va a abajo, es el bizcocho. Pero no era así.
La capa de abajo tenia consistencia de pudding, la capa central consistencia de flan y la superior, el bizcocho.

Claro está, que la curiosidad científico/repostera salió y preguntó.

Sorpresa

Solamente había que preparar una masa y ella sola se redistribuía por el molde mientras se horneaba. 
Sí, no miento.

Hoy he hecho la prueba y ha salido exactamente lo mismo. Y como no me aguanto más, os traigo aquí la receta.

Pero cuidado. Es una receta ENORME. Tan enorme que he tenido que acabar mezclando todo en una olla grande porque los cuencos y bols no eran suficientes. 

Digo esto porque lo más seguro es que se pueda dividir la receta en dos, sin problema, pero no sabría decir que tiempos serían necesarios de horneado. Aunque supongo que la primera parte sería igual y la segunda algo más corta. 

Ahora veréis de que hablo.

Pastel Inteligente


INGREDIENTES
· 8 huevos separados
· 250g de mantequilla fundida
· 1litro de leche
· 225g de harina
· 280g de azúcar
· 1tbsp (15ml) de vainilla
· Ralladura de un limón
· 1/2 tsp (1g) de sal
· 1 tsp de azúcar glass
· 1 tsp de canela

PREPARACIÓN

Bueno, os aconsejo que tengáis todo bien medido y organizado antes de empezar, porque es mucho.
Lo primero que hay que hacer es derretir la mantequilla para que le de tiempo a enfriarse, ya que habrá que ponerla sobre las yemas y no queremos que se cocinen antes de tiempo.


Mientras se funde, separamos los huevos. Las 8 yemas al bol mas grande (u olla) que tengáis, y las claras a otro. Habrá que montarlas así que debe ser amplio también.

Ahora hay que calentar un poquitín la leche, pero un poco nada más, para que al meterlo en el horno no tarde mucho en coger temperatura.

Mientras medimos el azúcar, rallamos el limon y mezclamos la harina con la sal.

Para terminar, enmantequillamos y enharinamos un molde. GRANDE y cuadrado. Esta tarta no suele desmoldarse (aunque he de confesar que la he sacado del molde sin problema) y se sirve cortada en trozos, por lo que un molde cuadrado es estupendo. Pero a vuestra elección, siempre que sea grande. Yo he utilizado un molde cuadrado de 23cm de lado y unos 7cm de alto. Y aun así ha sobrado un poco de masa.


Todo listo. Ponemos a precalentar el horno a 180ºC.

Para empezar hay que montar las claras. Tal cual, hasta que se mantengan firmes y se vean los trazos de las varillas. No hace falta decir que hay que usar la batidora. Reservamos a un lado.


En el bol GRANDE se baten las yemas junto al azúcar, la vainilla y la ralladura de limón, hasta que clareen, que cojan aire. A continuación, sin parar de batir, se añade la mantequilla fundía (bate), la leche (bate) y la harina (bate, con batidora, es tanta la cantidad de líquido y tan poca la de harina que no pasará nada). Una vez todo incorporado y en ausencia total de grumos, llega lo divertido, incorporar las claras con movimientos envolventes.


Este es el momento en el que he tenido que pasar a la olla. Las claras flotan sobre toda esa masa líquida (sí, es líquida, no os asustéis) así que tendréis que tener paciencia para no desinflar las claras y a la vez incorporarlas. 

Las claras al flotar formarán la capa de bizcocho, es lo único que he deducido de las tres capas.
Pasar todo al molde. No lo llenéis hasta el mismo borde, porque en el horno se infla un poquito, pero no tanto como para rebosar. Era mi miedo y al final no ha habido desastre.

Ahora IMPORTANTE. El horno. Está precalentado a 180ºC. Calor arriba y abajo con ventilador.
Metemos el molde al horno durante 10 MINUTOS y reducimos la temperatura a 160ºC hasta el final. El final en mi caso han sido unos 60 minutos más. La receta original pedía sólo 50, pero cada horno es un mundo. Para saber si está hecho, a los 50 minutos a 160ºC, pinchamos con un palillo para ver como está el interior. Si sale húmedo, necesita más tiempo.
Otra cosa a tener en cuenta es la capa superior. Si veis que se está tostando mucho, podéis taparlo con papel de aluminio. Yo no lo he necesitado, pero siempre está bien tenerlo a mano por si acaso.

Una vez el palillo sale limpio, se saca del horno y se deja enfriar, a poder ser sobre una rejilla, hasta que esté a temperatura ambiente. De esta forma las capas se asientan, y estará más rico. 

Ya solo queda cubrir con azúcar glass y canela, cortar, servir y comer.

Espero que os guste.


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